miércoles, 21 de mayo de 2008

Cualidad Creativa


En verano se da para nosotros el acontecimiento profesional más entrañable del año. Este acontecimiento es el primer proyecto que ha marcado el rumbo de nuestro desarrollo profesional como CoachCreativo: Creatividad y Barro.

Es interesante observar como las personas ante la palabra Creatividad realizan conexiones muy variadas. Para algunas es algo claramente significativo e identificable en sus vidas y para otras, sin embargo, es una palabra cuyo significado no relacionan consigo mismas.

Para mi ha sido evidente desde siempre, como mínimo, la capacidad de crear del ser humano.

Crecí en Asturias y tuve la gran suerte de vivir en un barrio rodeado de prados. Los prados estaban llenos de mis lugares favoritos. Desde esos lugares me gustaba sentir a lo lejos el bullicio del barrio y me gustaba quedarme quieta mientras imaginaba a las personas en sus ajetreos de la vida diaria: casi todo el tiempo estaban haciendo algo. La quietud de la hierba y la lejanía del ajetreo me hacían notar como, a lo largo del día, por intervención del ser humano, las cosas se iban transformando.

Los resultados de dichas transformaciones no siempre eran agradables. estimulantes y/o efectivos. Recuerdo que a menudo me entretenía conmigo misma pensando que, ya que las personas no podemos parar de mover cosas en el mundo, podríamos, sencillamente, hacerlo mejor y más estimulantemente.

Por lo tanto creo que siempre he relacionado la creatividad con el acto cotidiano de crear, con ese hábito inevitable del ser humano de transformar las cosas.



Lo sorprendente y estimulante para mi está en las genialidades que algunas personas realizan en el acto cotidiano de transformar. Pienso que la creatividad es la clave, esa “varita mágica” que da lugar a la diferencia que añade a lo que se transforma la cualidad de lo creativo, de lo único, lo mejorado y hasta lo innovador.

En mi experiencia con personas pronto se hizo evidente para mi que, para mejorar el mundo personal y el entorno es necesario un saludable desarrollo del potencial creativo personal. En muchas ocasiones he podido observar que a menudo este potencial se ignora, se bloquea, se olvida y/o se mal utiliza.

Esta es una de las razones principales por las que me propuse diseñar y proponer formación en esta área.

Antes del diseño del curso “Creatividad y Barro” exploré e investigué en las diferentes escuelas y métodos de aprendizaje que proponían el estudio y desarrollo de la creatividad.

Descubrí aspectos importantes del funcionamiento del proceso creativo:

- El pensamiento es creativo, es decir, es a través de lo que pensamos que podemos transformar las cosas.

- La creatividad existe y se identifica en lo que se manifiesta, es decir en lo que se expresa y es realizado

- Lo que es materializado ha de ser medido, valorado e interpretado como creativo

Estos ingredientes y la combinación de los mismos, revolotearon en mi cabeza como preguntas abiertas durante un cierto periodo de tiempo.


Fue en el año 99 cuando, en una visita por motivos profesionales a La Cartuja de Cazalla de la Sierra, tal vez embriagada por las peculiaridades de este lugar, experimenté de pronto respuestas fundamentales a mis interrogantes en el diseño de esta formación.

Entendí que la exploración del proceso creativo tenía que darse a través de la práctica de mismo. Fue allí donde decidí y estuvo claro para mi incluir el barro como ejemplo de expresión creativa y, alrededor de dicha actividad, marcos y procesos de pensamiento que ayudaran a identificar el proceso creativo personal y que, mediante la acción con el barro, ayudarán también a obtener el óptimo rendimiento de dicho proceso.

Debo reconocer a lo largos de los años de experiencia en este curso que el barro ha demostrado ser el material idóneo para involucrarse en la exploración del funcionamiento del proceso creativo: Es un medio de expresión inhabitual para la mayoría de las personas; es un material que pone límites y a la vez permite múltiples posibilidades; el contacto con el barro genera placer, disfrute e inspiración.

El taller de barro está diseñado para aprender los aspectos técnicos fácil y rápidamente, poniendo el énfasis en la activación, reconocimiento y desarrollo del impulso creativo personal.

Lo creado con el barro le devuelve al participante información precisa sobre si mism@ y sus características creativas. Al mismo tiempo es posible identificar y valorar el estilo creativo y único de los demás. Se establecen relaciones creativas basadas en la diferenciación y la unicidad, potenciando la colaboración creativa y emergiendo nuevos paradigmas en relación con el funcionamiento de los equipos humanos.

Los talleres de barro actúan como metáforas creativas que permiten al alumno aprender íntima y significativamente en relación con sus inquietudes particulares. El sentido de crear obra que proporcionan los talleres le devuelven la idea de su propia vida como una obra en construcción y dejan entrever claramente las posibilidades de intervención creativa.


Las personas que reconocen la creatividad como parte de sus vidas, podrán evocar en su experiencia momentos creativos especiales. Identificar, valorar y reflexionar agradablemente acerca de estos momentos invita al reconocimiento consciente de lo mejor de uno mism@ y sus posibilidades.

Las personas que por el contrario no relacionan la creatividad consigo mismas podrían pensar en pequeños ejemplos cotidianos donde, inesperadamente, surge la chispa creativa: cocinar, elegir ropa, en una fiesta, bailar, contar un cuento, charlar con un amigo, etc…

Poner la atención, con curiosidad, en momentos creativos cotidianos puede mostrar la esencia y la cualidad del potencial creativo personal.

Curso de Verano del 24 al 31 de julio de 2015



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1 comentario:

Unknown dijo...

Me encanta tu articulo y tu acercamiento de la creatividad y el coaching. Gracias por tus historias que inspiran!!!!!