Hay un ejercicio muy sencillo, que utilizo muy a menudo al inicio de los cursos, con la intención de, sentar las bases de comunicación necesarias, para que puedan darse, en el contexto del curso, relaciones efectivas de apoyo y aprendizaje entre los participantes.
El ejercicio consiste en pedirles a las personas que piensen en un elefante. Después le pido a cada participante que me describa su elefante. Curiosamente algunas personas comienzan describiendo su elefante como “normal”.
Entonces pido una descripción más detallada del mismo y por supuesto, siempre tiene características particulares, ”.( o esta de espaldas, de frente o de lado,.. en la selva, en el aire, en la India… es grande, pequeño o está volando… es plano, en tres dimensiones, se mueve, etc, etc ). En ningún caso me he encontrado en un grupo con dos elefantes iguales.
Esto es significativo en términos de comunicación, porque es muy frecuente, que sin asegurarnos de cómo es el elefante del otro, presupongamos que es tal y como uno lo imagina, sin considerar las diferencias que está haciendo el otro, y que, la mayoría de las veces, son claves.
La comunicación es un continúo toma y daca entre el emisor y el receptor, siendo ambas partes a la vez emisores y receptores. Cada vez que el mensaje es captado por el emisor pasa por un proceso particular y subjetivo, en el que el mensaje se representa, se interpreta y se genera una respuesta.

Parte de asegurarnos una respuesta efectiva pasa por asegurarnos también la escucha efectiva del mensaje, es decir, ¿Qué realmente quiere decir el emisor?
No hace mucho alguien (a quien llamaré Luis) me contaba que se encontraba en una reunión de trabajo y por diversas circunstancias interpretó un gesto de uno de los participantes en dicha reunión, como una burla hacia su persona. El se sintió insultado y a partir de ahí vivió una confusión emocional importante, que le hizo cuestionar sus propios recursos y que incluso duró varios días más allá de la reunión.
Mientras contaba el suceso de la historia él reconocía e insistía en que la interpretación del gesto, no era algo que el otro había dicho que pensaba, sino algo que el pensó que el otro estaba pensando.
Escucho muy a menudo ejemplos como este y yo misma en ocasiones me sorprendo haciendo lo mismo: “Pensar lo que el otro piensa, y, sin darme el tiempo de comprobarlo, creer que es verdad y por lo tanto actuar en consecuencia”.
Cuando conversaba con Luis convinimos en que dicho personaje también podría haber estado pensando algunas otras cosas. Pensamos que tal vez una posible manera de resolverlo hubiera podido ser hacerle saber al otro que nota su gesto y preguntarle, de manera directa, que significa o que quiere decir con ello. Con esto podría salir de dudas y además, sea cuál sea el significado de gesto, hubiera tenido, tal vez, la oportunidad de responder y de algún modo zanjar y aclarar el tema.

Entiendo por escucha efectiva una forma concreta de escuchar cuya intención es saber literalmente cuál es el mensaje del otro, para asegurar de este modo el diseño de una respuesta efectiva, que pueda ser entendida.
Para aquellos que tienen mucha imaginación y casi siempre bastante rapidez mental, pero que tal vez sufran demasiado por aquello que imaginan que piensa el otro, sugiero que se tomen en serio la exploración y práctica de la escucha efectiva.
Esta consiste en primer lugar en saber que el elefante del otro podría ser inesperado. Es decir, cuestionar el hecho de que sabe que significa lo que el otro está contando, o en muchos casos también, expresando a través de sus gestos.
A partir de ahí procedería desarrollar el hábito de identificar lo que literalmente dice o expresa el otro y lo que es de cosecha propia. Por sentido común tal vez lo que es de cosecha propia tendría que ser comprobado.
Hay dos herramientas importantes en comunicación que ayudan a comprobar y precisar la información: Preguntar y recapitular.
Preguntar para saber como es el elefante del otro…, esta u otra palabra ¿Qué significan? … Con ese gesto ¿Qué quieres decir?, etc..
Recapitular consiste en devolverle al otro la información con sus propias palabras, y notar si la confirma o no, o si nos falta algún otro dato significativo.
Esto contribuye a precisar mucho el mensaje y, desde luego, contribuye también a eliminar ruido y asegurar efectividad en el proceso de comunicar.
Este fin de semana pasado comenzamos el curso de Comunicación Efectiva.
Este curso consta de tres talleres de fin de semana.
Para ser el primer taller, el nivel de comunicación y encuentro ha sido muy gratificante. Hemos comenzado a acceder al proceso de comunicar, descubriendo cada cuál cuáles son sus retos de mejora, de manera muy fina, muy concreta y, para mi muy estimulante. Compruebo como cada vez más fácilmente las personas acceden a información sobre si mismas, certera y precisa.
Curiosamente, saber qué mejorar es el primer paso para, casi inevitablemente comenzar ha hacerlo.
Ilusionada con este proyecto de aprendizaje, agradezco la participación y desde aquí, animo también a la observación, comentarios y curiosidades sobre este tema.
El ejercicio consiste en pedirles a las personas que piensen en un elefante. Después le pido a cada participante que me describa su elefante. Curiosamente algunas personas comienzan describiendo su elefante como “normal”.
Entonces pido una descripción más detallada del mismo y por supuesto, siempre tiene características particulares, ”.( o esta de espaldas, de frente o de lado,.. en la selva, en el aire, en la India… es grande, pequeño o está volando… es plano, en tres dimensiones, se mueve, etc, etc ). En ningún caso me he encontrado en un grupo con dos elefantes iguales.
Esto es significativo en términos de comunicación, porque es muy frecuente, que sin asegurarnos de cómo es el elefante del otro, presupongamos que es tal y como uno lo imagina, sin considerar las diferencias que está haciendo el otro, y que, la mayoría de las veces, son claves.
La comunicación es un continúo toma y daca entre el emisor y el receptor, siendo ambas partes a la vez emisores y receptores. Cada vez que el mensaje es captado por el emisor pasa por un proceso particular y subjetivo, en el que el mensaje se representa, se interpreta y se genera una respuesta.

Parte de asegurarnos una respuesta efectiva pasa por asegurarnos también la escucha efectiva del mensaje, es decir, ¿Qué realmente quiere decir el emisor?
No hace mucho alguien (a quien llamaré Luis) me contaba que se encontraba en una reunión de trabajo y por diversas circunstancias interpretó un gesto de uno de los participantes en dicha reunión, como una burla hacia su persona. El se sintió insultado y a partir de ahí vivió una confusión emocional importante, que le hizo cuestionar sus propios recursos y que incluso duró varios días más allá de la reunión.
Mientras contaba el suceso de la historia él reconocía e insistía en que la interpretación del gesto, no era algo que el otro había dicho que pensaba, sino algo que el pensó que el otro estaba pensando.
Escucho muy a menudo ejemplos como este y yo misma en ocasiones me sorprendo haciendo lo mismo: “Pensar lo que el otro piensa, y, sin darme el tiempo de comprobarlo, creer que es verdad y por lo tanto actuar en consecuencia”.
Cuando conversaba con Luis convinimos en que dicho personaje también podría haber estado pensando algunas otras cosas. Pensamos que tal vez una posible manera de resolverlo hubiera podido ser hacerle saber al otro que nota su gesto y preguntarle, de manera directa, que significa o que quiere decir con ello. Con esto podría salir de dudas y además, sea cuál sea el significado de gesto, hubiera tenido, tal vez, la oportunidad de responder y de algún modo zanjar y aclarar el tema.

Entiendo por escucha efectiva una forma concreta de escuchar cuya intención es saber literalmente cuál es el mensaje del otro, para asegurar de este modo el diseño de una respuesta efectiva, que pueda ser entendida.
Para aquellos que tienen mucha imaginación y casi siempre bastante rapidez mental, pero que tal vez sufran demasiado por aquello que imaginan que piensa el otro, sugiero que se tomen en serio la exploración y práctica de la escucha efectiva.
Esta consiste en primer lugar en saber que el elefante del otro podría ser inesperado. Es decir, cuestionar el hecho de que sabe que significa lo que el otro está contando, o en muchos casos también, expresando a través de sus gestos.
A partir de ahí procedería desarrollar el hábito de identificar lo que literalmente dice o expresa el otro y lo que es de cosecha propia. Por sentido común tal vez lo que es de cosecha propia tendría que ser comprobado.
Hay dos herramientas importantes en comunicación que ayudan a comprobar y precisar la información: Preguntar y recapitular.
Preguntar para saber como es el elefante del otro…, esta u otra palabra ¿Qué significan? … Con ese gesto ¿Qué quieres decir?, etc..
Recapitular consiste en devolverle al otro la información con sus propias palabras, y notar si la confirma o no, o si nos falta algún otro dato significativo.
Esto contribuye a precisar mucho el mensaje y, desde luego, contribuye también a eliminar ruido y asegurar efectividad en el proceso de comunicar.
Este fin de semana pasado comenzamos el curso de Comunicación Efectiva.
Este curso consta de tres talleres de fin de semana.
Para ser el primer taller, el nivel de comunicación y encuentro ha sido muy gratificante. Hemos comenzado a acceder al proceso de comunicar, descubriendo cada cuál cuáles son sus retos de mejora, de manera muy fina, muy concreta y, para mi muy estimulante. Compruebo como cada vez más fácilmente las personas acceden a información sobre si mismas, certera y precisa.
Curiosamente, saber qué mejorar es el primer paso para, casi inevitablemente comenzar ha hacerlo.
Ilusionada con este proyecto de aprendizaje, agradezco la participación y desde aquí, animo también a la observación, comentarios y curiosidades sobre este tema.
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2 comentarios:
Muy interesante lo que expones pero cómo llevarlo a la práctica en situaciones delicadas como por ejemplo conflicto de pareja, de amigos,de compañeros de trabajo, de acoso... en que ambas partes se consideran poseedores de la verdad. Uno de ellos tendrá que dar el primer paso ¿no?
Se necesitará entrenamiento,habilidades, intuición...
Saludos
en primer lugar felicitarte concha por este espacio, hemos coincidido hace algunos años ya en formación, aunque nuestros caminos ha transcurrido en diferentes contexto,si bien vivimos cerca, yo en algeciras y tu en malaga.En la escucha efectiva, el desde donde nos situamos a que estamos atendiendo y en el contexto donde desarrolla esta comunicación, puede ser otro aspecto a considerar o no.
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